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9.3 Opiáceos
  Introducción  
  Epidemiología  
  Mec. de acción  
  Cinética  
  Dosis tóxica  
  Manif. clínicas  
  Diagnóstico  
  Gravedad  
  Tratamiento  
  Bibliografía  
  Autoevaluación  

Tratamiento

La intoxicación aguda por opiáceos puede ser una urgencia vital, pero tratada adecuadamente y a tiempo, rara vez es causa de muerte.

Si el paciente presenta signos de cianosis central, paro respiratorio, convulsiones, arritmias cardíacas o paro cardíaco, es prioritario recuperar al paciente con ventilación asistida, oxigenoterapia y maniobras de soporte.

La naloxona es el tratamiento de elección. Se administrará preferentemente por vía intravenosa (o subcutánea). La dosis inicial es 0.4-0.8 mg (0,01 mg/kg) y se observará la evolución durante unos 2-3 minutos. Cualquier cambio en el tamaño de las pupilas, frecuencia respiratoria o estado de la conciencia, debe ser considerado como una respuesta positiva. Si la primera dosis de naloxona no provoca respuesta, se administrarán nuevas dosis de 0,4-0,8 mg cada 2-3 minutos hasta que aparezca alguna respuesta o hasta alcanzar un máximo de 10 mg. En casos muy graves (con apnea), puede iniciarse la naloxona a dosis de 2 mg. En casos leves deben administrarse dosis muy bajas para evitar un síndrome de abstinencia intenso (0.1 mg cada 2-3 minutos, según respuesta).

Los efectos de la naloxona duran de 10-15 minutos. En casos de intoxicaciones graves o por opioides de larga duración, es necesario administrar dosis repetidas con intervalos frecuentes, recomendándose una infusión continua (2/3 de la dosis que produce respuesta, cada hora).

En caso de intoxicación aguda por buprenorfina, la naloxona, aún a dosis muy elevadas, solo revierte de forma parcial y tardía la depresión respiratoria.

La eficacia clínica de la naloxona en la sobredosis por heroína es espectacular, por lo que es común que el paciente recobre rápidamente la conciencia. Si se han utilizado dosis altas de naloxona en relación al grado de sobredosis, aparece un síndrome de abstinencia agudo y el enfermo puede entonces presentar conductas violentas y/o fugarse del lugar de la asistencia.

En las intoxicaciones por vía oral, puede realizarse un lavado gástrico y administrar carbón activado junto a un catártico. Los opioides disminuyen la velocidad de tránsito gastrointestinal.

El edema agudo de pulmón no cardiogénico debe tratarse con medidas de soporte respiratorio y oxígeno. No son eficaces los diuréticos, vasodilatadores o digoxina, ni tampoco la naloxona. El cuadro se resuelve en 1-2 días sin secuelas. Otras complicaciones se trataran de forma sintomática.